Testimonio de Fernando Alegría

El musical de la pasión…bueno,… cuando oímos la palabra musical hacemos alusión a una obra de teatro cargada de música, bailes,…sin más objetivo que el entretenimiento. Igual soy yo que no acostumbro a ver este tipo de cosas en directo, pero a mí me resultó espectacular, impactante, chocante. No he visto muchos musicales, pero seguro que no hay ninguno como éste. Este musical es, desde luego, único y especial, es de esos eventos que desde el primer momento te invita a sumergirte en él, y, aun sin quererlo, es inevitable sentirte tocado por el mismo. Yo personalmente perdí la noción del tiempo y del espacio, y, de alguna manera, me sentía como otro actor más involucrado en la trama de la obra. Se contaba una historia similar a la que podemos vivir cotidianamente, con personajes representando a personas que podríamos ser nosotros mismos. Por otro lado, las escenas de la pasión estaban cargadas de sentimiento a la vez que rebosaba emoción por doquier. Desde mi sitio, viendo esas escenas de primera mano, podía sentirme partícipe en el dolor y el miedo de Jesús así como en la angustia de su madre. Era como vivir la Semana Santa en tan solo un par horas de forma tan natural y transparente que  uno podía sentirse convertido al terminar el musical.  A mí, personalmente, lo que más me gustó fue la escena del lavatorio de los pies, con la canción de “servidores sed” (desde siempre he tenido debilidad por esta canción), pero desde que empieza hasta que termina la obra no hay ni un solo momento desperdiciado. Es fácil palpar y absorber cada uno de los segundos de este musical, que invita al público a que vea este tiempo de conversión de una forma especial, brindando la oportunidad de reflexionar y pensar en el verdadero sentido de la Semana Santa.


Fernando Alegría

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